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Tu talento oculto – Cosas de la CEO | Hiwook, Empleo sin Sesgos

[vc_row][vc_column][vc_column_text]Una de mis buenas amigas me dijo hace poco que era una judoca (practicante de Judo) cinturón segundo DAN. ¡Qué sorpresa! No tenía ni remota idea. Otra amiga es una bailarina de sevillanas de tomo y lomo, y mi hijo mayor puede debatir (y de hecho lo hace) con expertos nacionales en NBA, de tú a tú y sin despeinarse.

Hay mucho talento por el mundo y no todo se ve a primera vista.

Incluso en temas profesionales, el talento oculto es más habitual que el talento «visible». En el mundo actual, hiperconectado y sobresaturado de información, somos muchos los que hemos encontrado «lo que de verdad nos gusta» a una edad que muchos considerarían como… demasiado adulta, por decir algo.

 

Nuevas tendencias

Quedó muy atrás aquella época en la que se decidía antes de los 20 lo que ibas a hacer el resto de la vida. Ahora las personas aprendemos continuamente de las más diversas fuentes: libros, vídeos, cursos, conferencias, mentores, colegas, podcast… Se me explota la cabeza cada vez que pienso en las fuentes infinitas de conocimiento que tenemos al alcance de la mano y que nos abren nuevos universos que no podríamos ni soñar.

Este conocimiento compartido y al alcance, junto a la longevidad y a la gran calidad de vida, hace que nos sintamos jóvenes a todas las edades. Da igual si alguien tiene 20, otro tiene 30 y el de más allá 50. Si les preguntas, todos se sentirán vitales, llenos de ilusión y de ganas de aprender. Y eso es buenísmo!

¿Pero qué pasa cuando esos conocimientos adquiridos de forma «no reglada» no se pueden poner en un papel para demostrar que los tienes?

¿Qué pasa con ellos? ¿Es como si no los tuvieras? ¿Es como si sólo importase lo que tienes por escrito y con la firma del Rey?

Creo realmente que el CV es una fuente de malosentendidos entre las personas. El que escribe, no es capaz de escribir de verdad lo que querría transmitir en unos pocos párrafos. El que lo lee, deja libre su imaginación para inferir qué es lo que será capaz de hacer la persona que lo ha escrito.

 

Me parece realmente imposible que los heurísticos (atajos cognitivos) y los sesgos no campen a sus anchas a la hora de sacar conclusiones de tan poca información. Es imposible eliminar los heurísticos y los sesgos porque nuestro cerebro está preparado para utilizarlos en caso de toma de decisiones basadas en pocos datos.

No me cansaré de decir y de repetir lo que llevo viendo durante los más de 10 años que llevo trabajando en el sector tecnológico: el talento TIC es como un iceberg: el 10 % de los perfiles que sobresalen por encima del agua son aquellos que tienen el «CV perfecto» y que, en la búsqueda de palabras clave, hacen un encaje a la primera. Son esos «Ingenieros con 4 años de experiencia» que se suelen ver en la descripción del las vacantes y que son acribillados a ofertas de trabajo cada vez más jugosas.

Mientras, el 90% del talento tecnológico y digital está debajo del agua, sin visibilidad alguna. En la oscuridad profunda, intentando buscar un hueco por salir a la luz y demostrar todo lo que es capaz de hacer.

En Hiwook queremos dar igualdad de oportunidades a ese talento oculto. Sin Sesgos. Sin CV.

 

¿Qué opinas? ¿Crees que hay talento oculto más allá del CV?

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La experiencia sin aprendizaje continuo, sirve de bien poco

[vc_row][vc_column][vc_column_text]¿Sabías que los botes de cristal se abren muy fácilmente si introduces el palo de la cuchara debajo de la tapa? ¿O que los plátanos se abren mejor por la parte de abajo?¿Y que, cuando envuelves en papel aluminio, la parte brillante es la de adentro?

El que hayamos hecho una cosa un trillón de veces, no indica que lo hayamos hecho bien ninguna de ellas.

Conozco a una persona que utiliza la calculadora para sumar los tickets del mes y luego pone el resultado en una celda de Excel. También tengo un amigo que hace una foto a la pantalla del PC y nos la envía por email en lugar de hacer una captura de pantalla con Windows. Conozco detalles y detalles de cosas que «hacemos mal» o al menos «no bien» pese a que las hagamos diariamente.

Por eso, la experiencia sin aprendizaje continuo, sirve de bien poco.

Si te suena ese tópico de que una persona se convierte en experto después de 10.000 horas de práctica, puede que también conozcas los resultados de una investigación científica realizada por el psicólogo sueco K. Anders Ericsson en la que dice que, la práctica en sí misma no conduce a la mejora. Para ello, debe tratarse de PRÁCTICA DELIBERADA.

La práctica deliberada consiste en practicar, pero siempre desde la búsqueda insaciable de la mejora continua. Un ejemplo podría ser el siguiente: puedes nadar millones de kilómetros en un año, pero si nadie te dice cómo es la mejor técnica y haces una evaluación en cada brazada para minimizar los errores, no lograrás llegar muy lejos. Literalmente.

 

 

Así es cómo las personas nos convertimos en expertos: después de practicar mucho consiguiendo mucho feedback de forma continua y, también identificando y puliendo cada uno de los errores. En la práctica deliberada, tan importante es la parte de tener práctica (experiencia) como la de que sea deliberada, es decir, en una búsqueda continua de la mejora y de la excelencia.

Supongo que, cuando como responsable de incorporar a un equipo a una persona, buscas a alguien «con experiencia», lo que realmente estás buscando a esa persona que ha pasado mucho tiempo practicando en su área pero también, de forma unida, y absolutamente necesaria, ha utilizado cada minuto de práctica para mejorar. Es decir, buscas a alguien con experiencia y que realmente sea un experto.

Si, a través de un CV, sólo miras el tiempo que alguien ha dedicado a una tarea, puedes ver la dedicación, pero no los resultados de los aprendizajes obligados que ha debido conseguir para realmente ser el profesional experto que buscas. Pero, ¿Cómo evaluar eso? Desde luego, no sólo mirando el número de años, sino también otros aspectos.

Puedes pensar que el CV también tiene descritos los logros de esa persona, que son el reflejo de haberse convertido en ese experto o especialista que buscas. Vamos ahora a hablar de ese tema, porque tiene miga.

Tengo una amiga que cuenta cada cosa que le pasa como si fuera una odisea. Si es algo no deseable, como quedarse 10 segundos en el ascensor entre dos plantas, ella lo contará como si hubiera superado una travesía de dos días en el desierto. Si su jefe le da una palmadita en la espalda por haber realizado bien una tarea, ella lo cuenta como si hubiera sacado a la empresa de la quiebra inminente y fuese la heroína del momento. Hasta se extraña un poco de que los demás no se hayan dado cuenta de la gran obra benéfica que fue capaz de realizar.

Desde luego, no hay nada más humano que relatar nuestras vivencias desde un punto de vista que nos favorezca, ya sea para ser vistos como héroes o como víctimas. Y, además, esto no se hace con el ánimo de engañar a nadie, sino con el convencimiento de ser una realidad.

Cuando intentamos reflejar nuestros logros en nuestro CV, ese deseo de atención y de aceptación se acrecienta aún más si cabe. Por ello, nuestros logros mundanos serán hazañas que salvan empresas de miles de personas. Y cuando alguien nos agravia, será porque la otra persona es el ser más maligno del universo. No hay nada más humano que ello.

Y por nuestro lado, como profesionales del área que somos, somos conscientes de que las personas somos personas todo el rato y, por ello, nuestro grado de excelencia en un campo es difícilmente medible por el tiempo que llevemos haciendo esa tarea, así como la forma en la que describamos los logros.

Si lo que quieres, como yo, son personas capaces, te propongo que te fijes en lo que realmente demuestran hacer, más que en lo que dicen hacer o en lo que tú piensas que saben hacer. Sigue a rajatabla lo de «los hechos hablan tan alto que no me dejan oír lo que dices».[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row]

Propósito: reducir la frustración

Cada uno de nosotros toleramos poco una emoción.

Algunas personas tienen miedo del miedo y desarrollan fobias sin parar. Que si al avión, que si al metro, que si a los ascensores… Otros huyen de las sorpresas y quieren todo bajo control de forma milimétrica.

A algunos no les gusta la alegría espontánea, por eso se entierran bajo montañas de sarcasmo e ironía, no vaya a ser que les salgan campanillas de las orejas al sonreír sinceramente.

Cada uno de nosotros tiene una emoción no favorita. La mía es la frustración.

Para mí, la frustración es una mezcla de ira, con impaciencia, con un toque de desesperación. No me gusta nada, de nada, de nada. 

Hace ya 15 años que comencé a crear empresas y, durante este tiempo, he ido identificando aquellas áreas, procesos y tareas que más frustración me generan. He ideado de todo para no tener que hacerlas. Por ejemplo, me frustran mucho las tareas repetitivas. Ni siquiera soy capaz de jugar a juegos de plataformas, como el Mario Bros, o de ver películas repetitivas, como El Día de la Marmota.

Simplemente es algo que saca de mi toda la frustración del mundo. Me genera, como decía antes, ira, impaciencia y mucha desesperación.

En estos años de trabajo, he visto que hay un proceso concreto que genera mucha, mucha, mucha frustración a todos los implicados. 

Ese proceso tiene que ver con la incorporación de personas a la empresa. He visto pocas veces a las personas disfrutar cribando CV, haciendo entrevistas telefónicas, programando entrevistas presenciales y enviando emails de “lo siento”.

Pese a que estas tareas podrían ser muy satisfactorias al conocer a personas que podrían ser compañeros y amigos; la realidad es que he visto que es una fuente continua de frustración para reclutadores y candidatos.

Durante el reclutamiento hay muchas emociones por ambas partes, tanto de la empresa como de la persona que quiere el puesto. Hay mucho en juego y las expectativas campan a sus anchas. Cualquier movimiento parece ser en falso y las inseguridades afloran por doquier.

No es una cuestión sencilla, no.

La emoción que más me gusta es la ilusión que genera tener un propósito y dar pasos para conseguirlo. Durante toda mi vida he tenido un fuerte sentido de lo que debía de hacer y me daba fuerza para seguir adelante.

Al principio eran sueños cercanos, como terminar la carrera, o vivir con mi novio. Luego se fueron haciendo más potentes, como tener familia numerosa, criar a mis hijos yo misma o vivir cómodamente.

Según me voy haciendo mayor, mi ilusión va creciendo a la par que mi sentido del propósito. Hace años que tengo el foco en ayudar a las personas en su crecimiento profesional y personal. Y una forma de hacerlo es reduciendo la frustración. En Psicología se llama refuerzo negativo. No sólo me das un premio, sino que me quitas algo que me fastidia.

Mi propósito con Hiwook es disminuir la frustración a la par de la persona consigue igualdad de oportunidades de acceso al empleo y la empresa accede a talento oculto al que le era imposible llegar. Es mi sueño. Nadie dijo que tuviéramos sueños pequeños, ¿verdad? 🙂

10 Ejercicios para entrenar cómo hacer una Entrevista de Trabajo

Tengo una buena noticia… o mala. Según cómo se mire. El empleo que estás buscando será para la persona que mejor haga la entrevista de trabajo, en lugar de para la persona más preparada para ese puesto. Sé que te parece injusto, pero no por eso es menos real.

La buena noticia es que hacer bien las entrevistas de trabajo es una habilidad, que se puede aprender y mejorar. ¿Cómo? Con entrenamiento. Toma nota y practica. 🙂

1.Aguanta el silencio, di solo lo que quieres decir. Es tan simple que parece mentira, pero así es. La técnica más utilizada por los buenos entrevistadores para que no paréis de hablar en las entrevistas es el silencio. No soportamos el silencio, y cuando hemos respondido ya a alguna pregunta y permanecen callados, entendemos que debemos seguir hablando… Y no! Si ya has dicho lo que querías decir, para y pregunta si quieren matizar o aclarar algo. Cuanto más hables, más posibilidad de errores.

2. No mientas, refuerza lo positivo. Nunca te recomendaremos que mientas, no es buena forma de empezar una relación de trabajo. Lo que sí te aconsejamos es que no incidas en lo que no sabes hacer de forma detallada, detalla lo que sí sabes hacer. Si algo no lo conoces, no lo sabes, no tienes experiencia, admítelo y demuestra tus ganas de aprender y tu motivación por mejorar.

3. Sé humilde, un error sólo es un error si culpas a otro. Todos hemos cometido errores y seguiremos cometiendo. Para aprender de los errores debemos saber en qué hemos fallado nosotros. No eches la culpa siempre a los otros, demuestra madurez y sé crítico contigo mismo. La diferencia es si asumimos lo que hemos hecho mal, y aprendemos qué tenemos que mejorar, céntrate en esto en la entrevista.

4. Sé tú mismo, habiendo preparado la entrevista. Ser natural en la entrevista es perfecto. Pero no te engañes, ser natural no significa no prepararte la entrevista. El sector donde se mueve el empleador, los retos actuales, los principales competidores… todo esto lo tienes a dos clics de distancia. ¡Utilízalo!¿Y las preguntas? El 80% de las preguntas en las entrevistas que hacen los entrevistadores  suelen coincidir. No te extrañes si te preguntan por tus defectos, o porqué quieres trabajar en esa empresa.

5. Escucha, deja que terminen la pregunta. En una entrevista es muy importante escuchar bien los comentarios que te hacen, las preguntas que hacen y cómo las hacen. Deja que hablen, que maticen bien las preguntas, no te atropelles, ni atropelles en tus respuestas. ¿Qué mensaje estás lanzando si interrumpes al entrevistador?

6. Imagen, mira en la web. ¿Cómo vestir? ¿Qué imagen quiero transmitir? Todos transmitimos una imagen, no se trata de cambiarla. Por Internet podemos descubrir la imagen de la empresa, los valores que transmite,… ¿Nos interesa? Si la respuesta es sí, adapta tu estilo.

7. Pregunta, demuestra interés. Es probable que durante la entrevista nos permitan preguntar sobre la empresa. Es un momento perfecto para demostrar tu interés por la empresa y la preparación que has realizado. Si sólo preguntas por el horario y las vacaciones, demostrarás interés por los momentos en los que NO vas a trabajar. Seguro que el equipo donde vas a trabajar, el jefe, … te interesa mucho.

8. Sonríe, conseguir empleo no es triste. Las entrevistas de trabajo son muy serias, pero eso no significa que el ambiente no pueda ser cordial. Está claro que no va a depender sólo de ti, pero tu puedes ser un factor que refuerce un buen clima en la entrevista. Sonreír no es reírse… aunque en algunas entrevistas puede darse el caso.  

9. Mira a los ojos, que descubran tu franqueza. Puede ser que seas una persona tímida o que estés muy nervioso y no te atrevas a mirar a los ojos en las entrevistas. Entrénalo. Puede que no sea justo, pero en las entrevistas, la falta de contacto visual por parte del entrevistado se entiende, en general,  como falta de franqueza. Repetimos consejo: entrena mirar a los ojos, no tienes nada que ocultar.

10. Haz seguimiento, acuerda qué hacer después. Y cuando termina la entrevista, ¿qué? Pregunta cuáles son los siguientes pasos, qué debes esperar y cuándo. Pide una tarjeta o datos de contacto. Y haz seguimiento. Si te dicen que te van a llamar a los 15 días y no lo han hecho… da un plazo de unos días, y ponte en contacto. Tienen muchas cosas que hacer y a veces se les escapa el feedback.

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